acceso fácil a playas y restaurantes cercanos

disfruté de la tranquilidad de mi habitación, donde podía escuchar el mar desde el balcón, y aprecie que el hotel tenía acceso directo a la playa, lo que hizo mis paseos por la costa mucho más agradables. también es genial que varias opciones de restaurantes estén a menos de 5 minutos a pie, lo que facilitó explorar la gastronomía local.

Las vistas eran impresionantes, especialmente al amanecer. La cama era amplia y cómoda, y las piscinas de agua salada eran perfectas para relajarse. Además, la ubicación era inmejorable.

Me sentí realmente como en casa, no tengo ninguna razón para quejarme.

La comida espectacular, una variedad impresionante.

Insisto, este lugar es super recomendado para una parada de una noche.

Cómodo dormitorio, excelente ubicación, disfruté de un baño relajante en la piscina de agua salada, y el desayuno buffet era variado y delicioso, además se puede encontrar transporte justo enfrente del hotel para moverse con facilidad.

Ningún problema.

Ubicación privilegiada, amplias zonas comunes, variedad de restaurantes temáticos

Las habitaciones necesitan una modernización urgente!!! La escasez de canales de televisión en inglés hace que sean unas vacaciones un poco aburridas!!! El ruido constante del viento y los portazos deben solucionarse!!!

Las zonas comunes estaban siempre impecables, con un ambiente acogedor y fresco. Además, la ubicación del hotel cerca de la playa facilitaba grandemente el acceso para las personas mayores, lo cual fue muy apreciado durante mi estancia.

Más asientos cómodos en las áreas comunes.

el hotel tiene unas vistas preciosas, aunque el acceso a nuestra habitación fue un verdadero desafío, con escaleras por todas partes. además, esperaba un cóctel de bienvenida o algo especial por ser un huésped. pero claro, parece que no lo merezco. ah, y esos portazos. ¡es imposible dormir una siesta relajante!

Vistas al mar preciosas y aire acondicionado silencioso.

buenas vistas pero atención variable

Las vistas desde la habitación eran impresionantes, especialmente al amanecer. La cama era amplia y cómoda, perfecta para descansar. Las piscinas de agua salada le daban un toque especial a la relajación.

La atención del personal en algunas ocasiones no fue tan rápida como esperaba.

El alojamiento tenía una ubicación increíble, justo frente a la

playa y cerca de muchas tiendas y restaurantes. El personal era muy amable y servicial. Sin embargo, la falta de Wi-Fi en las habitaciones fue un inconveniente. A pesar de todo, la limpieza y las vista desde nuestra habitación fueron notables.

La comida del restaurante era deliciosa, especialmente el desayuno que tenía una gran variedad. Disfruté de la piscina y la zona de relax, perfecta para desconectar. Solo había un poco de lío con las hamacas, pero eso no arruinó la experiencia. 😊

El VIK Hotel San Antonio tiene unas vistas impresionantes al mar desde la habitación, especialmente durante el amanecer. La cama era amplia y cómoda, ideal para descansar después de un día en la playa. La piscina de agua salada es estupenda para relajarse, aunque hay que mencionar que a veces el acceso es complicado. El buffet ofrecía una buena variedad de opciones, aunque la comida podía ser un poco repetitiva. Montar en la piscina por la mañana se convierte en un reto, ya que no hay suficientes hamacas para todos. Lo que realmente me molestó fue la falta de wifi en las habitaciones. sólo había disponible en áreas comunes. Esto fue una gran inconveniencia, especialmente al querer planificar actividades. La falta de modernización en los cuartos se siente, y algunos detalles como la decoración y el mobiliario necesitan ser mejorados. Sin embargo, el trato del personal fue excelente, todos eran muy amables y serviciales. Me encantaría ver más opciones de entretenimiento y actividades dirigidas a un público más joven. En general, el lugar está bien cuidado, pero requeriría una renovación para ofrecer una experiencia completa.

La comida del hotel es toda una joyita, especialmente las cenas temáticas. ¡eché de menos una noche mexicana! Las vistas desde nuestra habitación con el mar de fondo fueron impresionantes y el personal del restaurante se esmeró en hacernos sentir como en casa. Además, los tres gatitos que andan por el hotel son un plus que le dan un toque especial.

El acceso a nuestra habitación fue un verdadero desafío, con escaleras por todas partes, y la zona de entretenimiento necesita un poco de renovación. Aunque la mayoría eran jubilados, la falta de opciones para un público más joven quedó clara. Ah, y esos portazos. ¡una siesta se volvió casi misión imposible!